Marte
Y
llegó el día mas temido.
Cuando
recibieron el mensaje no se lo podían creer, pero tampoco se sorprendieron,
había estallado la
Tercera Guerra Mundial y en el fondo sabían que conllevaría
la destrucción de la Tierra.
Gádor
sentía una pena infinita, pero ya no reconocía a ese planeta como suyo, por eso
decidió apuntarse a la misión a Marte, quería empezar de nuevo en un lugar sin
las históricas rencillas entre países, culturas y religiones, rodeada de mentes
brillantes que también necesitaban un cambio en su vida, ellos eran la
esperanza de la humanidad.
La
tranquilidad de la colonia se vio alterada por la noticia, como era de esperar
no se hablaba de otra cosa, al principio con preocupación y temor por los
familiares y amigos que habían dejado atrás hacía ya dos años, pero después se
fueron calentando los ánimos, allí había personas que habían sido seleccionados
de países y culturas diferentes. Empezaron los reproches y las discusiones, la
tensión era insostenible y llegaron las primeras pugnas.
Gádor
quería hacer mantener la cordura entre sus compañeros, hacerles ver que ellos
no tenían que trasladar a Marte la guerra de la Tierra , pero ¿cómo calmar a
alguien cuando su ciudad ha sufrido un bombardeo atómico?
Kwan,
su único amigo allí, era muy cariñoso, alegre y entusiasta, ella lo llamaba
Goku, porque se peinaba como el personaje de los dibujos animados de su
infancia cuando se transformaba en súper Guerrero, aunque se teñía el pelo
rojo, lo que le hacía mas gracioso.
Él
estaba desesperado, su familia vivía en Seúl, había sido bombardeada y no podía
contactar con ellos, ninguno podía, ya que las comunicaciones estaban
controladas por Future On Mars, todo se hacía a través de ellos y desde que recibieron todos en sus ordenadores
el mensaje no habían vuelto a saber nada, solo que la Guerra había estallado a
través de varías bombas atómicas lanzadas por varias naciones en diferentes
capitales mundiales y que el ataque recibiría respuesta.
La
falta de comunicación fue determinante para que el conflicto acabara estallando
en Marte, había pasado un día y parecía un mes, Kwan discutió la noche anterior
con Ryan porque EEUU según él no había estado a la altura y les culpaba de que
los Norcoreanos bombardearan Seur, tuvieron que separarlos, por eso cuando al
amanecer Ryan apareció muerto hubo quien culpó a Kwan; por otro lado los colonos
se habían ido dividiendo en dos grupos, como en la guerra y aunque todos proclamaron
su inocencia, nadie confiaba en nadie.
De
camino a su habitáculo atacaron a Gádor, Theo le ayudó y convenció para que
se quedara con él, era inglés, tendría aproximadamente treinta y ocho años, pelo castaño y
ojos color miel. No había hecho más que servirle el té cuando escucharon
disparos. La Guerra
había estallado en Marte.
Consiguieron
comunicarse con sus aliados, Gádor era pacifista no quería participar en esa
locura, pero eran ellos o los otros y no le quedó mas remedio que luchar.
Consiguieron
reunirse y repartieron las armas que tenían para su defensa, siempre le habían
parecido innecesarias, no creía en la existencia de alienígenas y no tenía
sentido pensar en un enfrentamiento con la Tierra , ahora pensaba que si no las tuvieran todo
se habría tranquilizado.
Casi
todos lucharon menos Kwan que fue encarcelado sin que Gádor pudiera hacer nada
por él y algunos más que se negaron al no estar sus países implicados y fueron
los primeros en morir.
Por
la batalla quedó casi todo destrozado, los invernaderos quedaron arrasados, por
lo que se quedarían sin alimentos cuando consumieran lo que había y aunque la Tierra no hubiera sido arrasada, no llegarían a tiempo de llevarles nada.
Gádor
se defendía como podía junto a Theo, antes habían hablado muy poco y ahora se
debían la vida, estaban en el comedor luchando por conseguir hacerse con las
reservas de alimentos, Said había llegado antes que ellos y les disparaba con
fiereza, la pistola láser de Gádor falló y en cuanto Said se dio cuenta fue a
por ella, pero Theo se cruzó en su camino y se dispararon mutuamente.
No
pudo hacer nada por ninguno de los dos, había un silencio atronador, nadie
respondía a sus comunicaciones, buscó con cautela, pero todos habían muerto
menos ella.
Lloró
desconsoladamente ¿y ahora qué? ¿Era la última superviviente de la humanidad?
¿Merecía la pena vivir? Se metió la pistola en la boca, pero no fue capaz de
disparar, estaba en la zona de control y de repente vio que se iluminaba la
pantalla, habían recibido un mensaje.
Abrió
la comunicación, era un vídeo del presidente de la compañía explicándoles que
habían recibido un cíber ataque masivo que no habían podido controlar hasta ese
momento, que no había estallado ninguna guerra, que podían estar tranquilos y les
preguntaba que qué tal iba todo por allí.
FIN
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